LA CIUDAD A LO LEJOS

 

Tras un naufragio, el peregrino, del que a lo largo de las Soledades no sabremos mucho, llega a la costa y durante cuatro días recorrerá diferentes paisajes. Convivirá con pastores, asistirá a una boda, llegará a una isla, visitará un castillo, presenciará una escena de cetrería… En los Siglos de Oro, la defensa frente a la ciudad de una vida bucólica fue una moda literaria (menosprecio de corte, alabanza de aldea), que Góngora tomó como punto de partida para hablar del hombre devorado por su tiempo, en un momento histórico en que el Imperio Español se venía abajo: hambre, crisis económica, conjuras políticas, subidas de impuestos, empobrecimiento del país… Una moda literaria que advertía sobre los peligros contemporáneos de la época y que ahora podríamos relacionar con el slow life: ese movimiento de conciencia social que reivindica la desaceleración y el disfrute de la vida en tiempos de infoxicación y consumismo.

Pero el discurso gongorino es mucho más complejo. El poeta no se sometió del todo al tópico pastoril. Las Soledades fueran compuestas por Góngora después de retirarse en 1609 a Córdoba tras fracasar en Madrid como pequeño aristócrata de provincias y, desde esta perspectiva, cuestionaron la vida decadente de la corte. Sin embargo, durante la obra, especialmente en la Soledad II, el peregrino sigue mirando de forma discreta pero constante a la ciudad como destino cívico del hombre. Y curiosamente en 1618 Góngora volvería a Madrid donde, esta vez sí, esa maquinaria política deshumanizada acabaría pasándole por encima. Nueve años después morirá en Córdoba pobre y silenciado: ese mismo año la Inquisición prohibía la primera edición de su poesía que hasta ese momento había circulado de forma manuscrita.

La deshumanización contemporánea es el tema que aborda Homo Modernus. El poeta argentino Claudio Molinari ha escrito un texto ácido sobre el devenir de la cultura actual, que ha sido intervenido por el programador Íñigo Orduña hasta convertirlo en algo supratextual. De nueve minutos de duración, esta aplicación literaria es, según sus creadores, “un cuento ilustrado para adultos”, un tratado filosófico, cuyo pesimismo conecta con el nihilismo biológico de Houellebecq y cuyo protagonista podríamos comparar con el cortesano del que Góngora huye. La intimidad como espectáculo, el arte como estrategia de adoctrinamiento o “el corta y pega” como pilar del conocimiento actual… son algunos asuntos de los que trata Homo Modernus. Un poemario digital que subraya el estilo como el opio contemporáneo y que habla del amor y el sexo convertidos en tendencia, en objeto de consumo, en virus social. En definitiva, el vacío de Occidente en tiempo real o, como concluye el propio Molinari, podredumbre y modernidad.